Este capricho de la naturaleza que se encuentra en uno de los parques megalíticos de Ezkurra, en la ruta de las montañas mágicas, es sin lugar a dudas una de las vivencias mas enriquecedoras que podemos realizar con nuestros hijos.
Con poco esfuerzo y un poquito de ilusión que les trasmitamos, la llegada al castillo de piedra puede ser una experiencia inolvidable, no sólo para ellos, sino para nosotros si conseguimos dar rienda suelta a la imaginación.
El magnífico bosque de hayas que lo esconde, sus piedras llenas de musgo, el pasadizo donde la emoción nos invade y la subida a una de las torres de piedra dejándonos a la altura de las copas de las hayas, desde donde tendremos el dominio de este capricho de la naturaleza.
Esta experiencia la viví yo a la edad de mi hija (8 años), cuando acompañado de amigos mayores, subí por primera vez a recoger el musgo especial que crece en estas piedras para colocar el belén de la iglesia.
Me hubiera gustado poder haber vivido toda esta aventura como la ha vivido mi hija después de todos los relatos y leyendas que le contaba por el camino…