El valle de Malerreka es sin lugar a dudas el gran valle desconocido, por qué si bien mucha gente haya estado o recorrido el valle, la gran mayoría nunca ha sabido que se encontraba en un lugar especial tanto de naturaleza como cultural.
El recorrer el valle con el coche y visitar cuatro sitios que salen en alguna guía no se aproxima ni de muy lejos a las verdaderas experiencias que se quieren vivir al visitarnos. Unas experiencias y vivencias que aportan los muchos valles, dada la orografía accidentada que tiene Malerreka que en sí es la suma de varios valles.
Valles desconocidos y prácticamente vírgenes, a los cuales solo se puede acceder con la ayuda de nuestras propias herramientas y el acompañamiento de un buen guía local para descubrir los muchos lugares mágicos y recónditos que en ella se encuentran además de salvaguardar la sostenibilidad medioambiental.
La gran mayoría de los municipios que forman este valle de valles son pueblos donde solo existen casonas y caseríos donde la esencia rural y sus múltiples actividades al aire libre son un bálsamo de relajación. La cercanía del mar, además de aportar valor añadido, transmite toda su influencia con un clima casi primaveral a lo largo de todo el año.
Para los que vivimos en la cabecera, es el valle del agua, valga como ejemplo el de Ezkurra, que andando media hora a un lado o al otro del pueblo nos encontramos con diez regatas, como nosotros conocemos a estos afluentes del río Ezkurra por lo que el agua es nuestra gran embajadora.